Hola ,
La semana pasada una persona de este grupo de Proceso Creativo, me escribió pidiéndome que escribiera sobre la habilidad de superar y mantenerse en equilibrio ante situaciones abrumadoras que nos trae la vida
El tema es muy interesante, y la verdad mi formación y experiencia con lo relativo a nuestra mente somática (sintiente) me ha abierto una Luz inmensa en este sentido y me ha ayudado a mi personalmente en los últimos tiempos
Quién no ha vivido experiencias que le han resultado abrumadoras, experiencias en las que una se ve sobrepasada por la situación
Algunas personas superan estas situaciones de una forma muy orgánica y fluida, otras tardan en sobreponerse mucho, otras se quedan en un estado de mucha afectación, y otras no se dan ni cuenta y van arrastrando sintomatología derivada de la experiencia durante años
Y aunque solemos poner el foco solo en nuestra mente pensante, y queremos resolverlo todo desde ahí, realmente dónde queda registrado este evento abrumador, desde el primer momento, es en nuestro cuerpo, en nuestro sistema nervioso, luego se asocian elementos más cognitivos, pero el cuerpo es el primero en registrar la sensación
Ante un evento abrumador se activan las alarmas en nuestro cuerpo y ante algo que percibimos como amenaza se produce una activación en nuestro sistema nervioso para prepararnos para el ataque, la lucha, o la huida,
Pero a veces el evento es tan abrumador que nuestro sistema se colapsa y nos quedamos literalmente congeladas, es una manera de evadirnos, disociarnos para sobre vivir y protegernos
La sensación, sea la que sea, queda en nuestro cuerpo registrada y asociada a un montón de elementos de la experiencia
La sensación de constricción, de ahogo, de tensión, la sensación de apartar, de protegernos, de huir, de luchar, de inmovilidad, de estar apretadas, de vacío, de aislamiento, son solo algunas de las que podemos estar sintiendo
Y esta asociación a otros elementos de la experiencia puede estar operando por los siglos de los siglos en nosotras
Y no es tanto la intensidad de lo ocurrido, como la intensidad de lo que se quedo registrado en nuestro cuerpo y en todo lo que asociamos a esa experiencia
A veces una situación que a otros nos parece de poca intensidad, para otros es una experiencia tan abrumadora que acaba generando un cambio en la persona y puede cronificar un patrón de respuesta, condicionado por tanta intensidad
Estas situaciones que nos resultaron tremendamente abrumadoras y a las que decidimos no dar espacio, “olvidar”, apartar, por temor a enfrentarnos con ellas, pueden estar condicionando nuestras vidas más tarde sin que nos demos cuenta, como ya te he comentado, y convertirse en auténticas cárceles para nuestras ser, nuestra alma, nuestro espíritu
Además de los eventos que todos reconocemos como abrumadores, también pueden dejar una huella profunda y una serie de síntomas, una caída, un susto inmenso, un accidente, una hospitalización, una cirugía, una pelea, una enfermedad
En la infancia y la adolescencia, que no tenemos menos recursos propios, somos mucho más vulnerables, pero de adultos esto opera de la misma manera y algo que vivimos como una traición, una humillación, un rechazo, un abandono puede despertar una activación que genere una ansiedad inmensa o una desactivación que genere una depresión grande
¿Y porqué unas personas se sobreponen antes a los hechos traumáticos que otras?
La diferencia está en que han desarrollado o aprendido la habilidad para regular y tolerar el exceso de activación o han sabido completar la respuesta que el cuerpo les pedía en ese momento
Son personas que lo han aprendido a lo largo de su vida. Tal vez porque han tenido buenos modelos cerca de los que aprender, y lo han aprendido, o han tenido un acompañamiento en los momentos abrumadores que ha facilitado el ampliar esa tolerancia y esa auto-regulación, y esto les ha ayudado en otras ocasiones
Esta habilidad de equilibrar activación hace que aumente nuestra tolerancia a sentirnos activados y aumente nuestra capacidad de resiliencia
Por eso insisto tanto en lo importante de escuchar no solo nuestros pensamientos, que son importantes, también aprender a sentir nuestro cuerpo y escuchar sus señales para regular nos
Por eso mente cognitiva, mente somática y mente colectiva son para mi pilares de cualquier experiencia en la que queremos explorarnos, reencontrarnos, aprendernos, reconocernos
Razón, emoción y sensación son nuestras auténticas maestras, desde ahí podemos luego ir más allá de nosotras, a la conexión
Espero que esta reflexión que me proponía una persona del grupo, te haya aportado algo
Si tienes algún tema que quieras traer, escríbeme y pondré mi intención en traer una reflexión sobre ello, para quien le pueda abrir una ventana de aire fresco
A por una semana en la que nos demos cuenta de nuestras sensaciones, las demos espacio, nos regulemos volviendo al aquí y ahora y nos sintamos equilibradas y plenas
¡Seguimos adelante!
Blanca