Hola a todas
La semana pasada os invitaba a reflexionar sobre qué es lo que estaríais haciendo ahora en caso de que no tuvierais que resolver aquello que os ocupa ahora, o no tuvierais que preocuparos de vuestra supervivencia, de vuestra manutención
Y tal vez probasteis a haceros la pregunta desde el que no estarías haciendo ahora
La idea de esta reflexión, sea como sea que os la planteasteis, es por un lado darnos cuenta de nuestros quiero ahora, y al mismo tiempo poder darnos cuenta cuánto de alejadas estamos ahora de lo más profundo de nosotras
Y soy consciente de que reflexionar sobre esto, a veces puede llevarnos a cierto «enfado» o desasosiego.
Tal vez nos lleve a un para qué reflexionar sobre algo que ahora es una fantasía o algo que parece muy lejano y que nos puede parece un imposible en estos momentos
Mi intención es, a pesar del enfado o desasosiego que pudiera aparecer, volver a un lugar muy profundo de nosotras.
Un lugar del que, en muchas ocasiones, nos hemos alejado por las circunstancias que nos rodean, por las rutinas de la vida que a veces nos van empujando hacia caminos en los que cada vez es más complicado incluir algo parecido a lo que más «queremos» profundamente
Y no quiero hacer aquí y con esto un discurso motivacional de que hay que dejar todo para perseguir nuestros sueños, que todo es posible si queremos y que si no estamos allí es porque no queremos. Estas cosas que nos venden a menudo hoy en día, con un discurso que creo genera, a veces, mucho dolor y sufrimiento
Cada una está viviendo unas circunstancias concretas, únicas y que solo cada una conoce en profundidad y generalizar me parece una simplicidad tremenda
Para lo que para una es una circunstancia tremenda para otra no lo es y viceversa, juzgar lo que viven otros o lo que vivimos nosotros no tiene sentido
Lo que quiero decir es que a veces las circunstancias nos empujan literalmente a dar la vuelta por completo a nuestra vida y nos metemos en una centrifugadora de la que nos cuesta salir de lo potente o continuada que es la situación
Estoy segura de que muchas hemos experimentado esto y si lo habéis experimentado ya sabréis que, en esa centrifugadora, lo que nos ocurre es que poco a poco y de una forma muy sutil, nos vamos alejando de lo que late en lo más profundo de nosotras y llegamos a pensar que nuestro latido es tan solo una fantasía lejana
En esos momentos estamos en contacto con la contracción, la constricción a todos los niveles, mental, emocional, corporal y de conexión vital y nos experimentamos lejos de la expansión vital con la que llegamos a este mundo
La buena noticia es que por mucho tiempo que llevemos en esta lejanía con nosotras mismas, con nuestros «quiero» y con nuestros anhelos, podemos encontrar la salida de esa centrifugadora y empezar a soltar la constricción
Es un proceso en el que queremos empezar dando pequeños pasos, coherentes a nuestras circunstancias del momento
A lo largo de mi vida he vivido momentos en los que la centrifugadora de las circunstancias me llevaron a perder no solo la esperanza, mucho peor, a normalizar el hecho de vivir alejada incluso de mi imaginación
En este tipo de momentos los primeros pasos son hacia el darnos el permiso de poner en marcha por lo menos nuestra imaginación
Imaginarnos aquellas pequeñas inmensas situaciones que en algún momento nos tocaban; ese paisaje precioso que hacia taaaaanto tiempo que no traiamos ni siquiera con el pensamiento de lo lejos que parece, ese sonido precioso, el tacto del agua, el calor del sol en nuestra cara, dejarnos llorar en calma, dejarnos reír a pesar de…
Y estos pequeños grandes pasos, que parecen insignificantes, a veces son los que nos ayudan a abrir poco a poco nuestras alas y empezar de nuevo a aprender a volar desde las circunstancias que vivimos
Y para las que no estéis ahora en una circunstancia que os alejen de vuestros anhelos, de vuestros quiero más profundos, seguid trayendo y disfrutando cada día de la expansión de la vida en estos pequeños, grandes disfrutes, para que la rutina y la normalización no os vayan llevando a esa lejanía
Mi propuesta para esta semana es ponernos en contacto con estas pequeñas cosas:
-Observemos el cielo y respiremos, o imaginemos un paisaje real o inventado
Y respiremos
-Escuchemos una melodía preciosa, imaginemos el sonido del mar o del viento, escuchémonos mientras leemos algo que nos encante
Y respiremos
-Olamos una flor, un perfume que nos guste, una comida deliciosa, imaginemos un olor maravilloso
Y respiremos
-Saboreemos ese alimento que degustamos cada día, imaginemos el sabor que en algún momento nos pareció único
Y respiremos
-Toquemos, acariciando nuestra piel con cariño, toquemos a nuestra mascota si la tenemos, o esa tela suave que nos hace volar, imaginemos el tacto más maravilloso del mundo
Y respiremos
-Sintamos, mientras abrimos nuestros brazos, cómo se expande nuestro pecho y miremos hacia arriba, hacia el cielo
Y respiremos
-Movamos vuestros pies y demos las gracias por tenerlos, movamos nuestras rodillas, nuestras caderas, movamos nuestros hombros y soltemos la tensión , movamos nuestros brazos, nuestra cabeza y todo nuestro cuerpo
Y respiremos
Hasta la semana que viene, mujeres y algún que otro hombre que nos acompaña en este grupo
A por una semana preciosa llena de pasos que nos recuerden que la vida está viva
¡Seguimos adelante!
Blanca
