Hola ,
Si hay algo que me ha traído mucha comprensión en todas las experiencias que he tenido, tanto en el campo profesional como personal, es el observar lo que ocurre no solo desde lo individual, también y sobre todo desde lo sistémico.
La vida es un conjunto de sistemas dentro de otros sistemas.
Nuestro cuerpo es un sistema en el que interactúan otros. Cada órgano, tejido, es un sistema dentro de uno más grande y cada uno de los sistemas contribuyen a que el mayor funcione.
Fuera de nuestro propio sistema individual, formamos parte de otros sistemas, por ejemplo, nuestro sistema familiar, cultural, social, político etc. Y en cada uno de ellos ocupamos un lugar.
Nacemos en un sistema, el familiar, es en el que empezamos nuestro recorrido en la vida. Observar este sistema como si pudiéramos ver una película, es muy interesante para comprendernos y dar comprensión a los demás.
En este sistema en el que nacemos, cada una y cada uno, cogemos un papel, un personajillo diferente, tanto es así que nos acabamos «comprando» el papel y seguimos con él aunque ya no lo necesitemos.
Piensa ahora en el sistema familiar en la que naciste, en mi caso un sistema con ocho hermanos, con muchas cosas comunes y por otro lado cada uno, si lo observo desde fuera, con un personaje muy marcado, incluida yo.
En la familia podemos encontrar la que parece que da ordenes, el que parece no se entera, la que parece que revoluciona, el que parece que pasa y va a su aire, el que parece que siempre obedece, la que parece que es la payasa, el que parece que no dice nada.
Seguro que te suena ¿verdad?.
Y digo parece porque todo eso en realidad son etiquetas, no somos esos personajillos, somos mucho, mucho más y tratarnos desde ese personaje es limitarnos y limitar a los demás.
En cada sistema cogemos un papel distinto, por eso en la familia que hemos creado como padres esto se repite con nuestros hijos, ellos también cogen su personaje y nosotros en este sistema también cogemos uno.
La clase de un colegio también es un sistema y cada niño toma un lugar distinto. Cuando ejercí como profesora de adolescentes esto me quedó clarísimo.
¿Para qué cogemos un personajillo?
Es una manera de adaptarnos al medio, es una manera de sobrevivir, es una manera de hacernos un lugar en el sistema.
Aprendemos a manejarnos en el sistema desde este personajillo y nos resulta tan fácil que salir de ahí hace que no sepamos cómo actuar ni ser.
Por eso, aún siendo mayores, cuando volvemos a nuestro sistema familiar parece que nos metemos en un trance y volvemos al personaje que aprendimos de pequeños.
Te habrá ocurrido seguramente que en las reuniones familiares te da la sensación de que vuelves, en ciertas situaciones, a tener el personaje que tomaste de pequeña/o y en algunas ocasiones aunque queramos salir de él, el propio sistema es el que nos transporta a ese trance y repetimos algunos comportamientos de forma automática y sin darnos casi ni cuenta.
Si tienes hijos, observa qué personajillo han cogido tus hijos, es muy interesante para comprenderles y también observa esto en tu familia de origen, te abrirás a una mayor claridad.
Es un tema fascinante que a mi me ha llevado a observar, estudiar y aprender desde muy diversos enfoques y disciplinas.
P:D. Te invito a observar esto. Si quieres escribirme y preguntarme algo, o quieres compartir conmigo, aquí estoy, contéstame a este email. Me encanta interactuar.
¡A por una semana genial y llena de conciencia!
¡Seguimos adelante!
Blanca