Me escucho…
Eso que he aprendido desde bien pequeñita a tapar, aquello que es tan mío que al ponerme en contacto con ello me recuerda lo vulnerable que sigo siendo.
Aquello de mi que no fue bienvenido y ahora no es bienvenido por mi.
Eso que me hace sentir tan frágil que siento cómo si me rompiera en mil pedazos.
Aquello que he “dominado” a base de capas y capas de negación, ira, rechazo y miedo.
Eso es lo que desde lo más profundo y honesto puedo compartir contigo.
Aquello que es el reto que se presenta cada día en mi.
Eso que huyo ver, escuchar y sentir en mi día a día.
Aquello que cada día grita más alto dentro de mi
Eso que me encuentra por mucho que coja otros caminos.
Aquello que me susurra “Soy yo otra vez, lo sé duele, y aún así hasta que no me hagas un hueco en tu vida, dolerá más y más”.
Eso, eso es mi expresión más auténtica, eso es el descanso de los personajillos que sostengo, eso es el silencio que me falta, es el aire que no encuentro, es la calma que busco.
Aquello es lo que he venido a compartir para contribuir.